Como ya dije la semana pasada, ha sido el cumple de mi madre y no le hice tarta porque no tenía ella ganas de celebrarlo este año. Para que tuviera algo ese día, le hice la Cupcake Tower que podéis ver aquí, pero me daba rabia que no tuviera tarta este año. Así que aprovechando la comida dominguera familiar que teníamos hoy, he hecho esta tarta.
Y la verdad es que a ésta precisamente le tenía muchas ganas, desde que la vi en el blog de bakerella ( es genial, no dejéis de visitar su web, pero por favor, no hagáis comparaciones...jejeje). Me pareció genial, una tarta que imitaba una caja de bombones, y que tenía bombones de verdad... eso ya es rizar el rizo. Y como tengo tantíiiiiisimos recortes de bizcochos de todas las tartas que hago (mi congelador ya no tiene carne, ni helados, ni ná, sólo bolsas con recortes de bizcochos), que aproveché para hacer bizcobolas (restos de bicochos mezclados con alguna crema, como queso filadelfia, mermeladas... y cubiertos de chocolate). 
La verdad es que no tenía mucho tiempo para hacerla, pues aunque ayer no trabajaba, tuve que hacer la tarta de Dora, una tarta para el cumple de 3 amigos que celebramos anoche (la pondré en cuanto encuentre las fotos) y ésta. Ayer hice el bizcocho, y esta mañana, cuando me he levantado (un poco perjudicada después del cumple, la verdad, sobre todo porque me acosté a las 5 y ya una no tiene edad de esto...) he tenido que hacer las formas de las bizcobolas, cubrilas y hacer el resto de la tarta (tornear el bizcocho, laminarlo, rellenarlo y adornarlo con el fondant). Por eso está un poco chapucerilla, había quedado a las 15 para comer y eran menos 5 y estaba amasando el fondant con las manos rojas... En fin, que aunque no haya salido muy bien, ha salido buenísima, y ya tengo ganas de que alguien me la encargue para volver a hacerla (espero no tener que esperar a San Valentín...)
Sobre el bizcocho, tengo que hacer un capítulo a parte. Es un Red velvet (terciopelo rojo), un bizcocho típico del sur de EEUU. Las que hacéis tartas de este tipo seguro que conocéis este bizcocho tan peculiar, y hay miles de recetas en internet. Pero para los que no sabéis de qué va, os digo que por dentro el bizcocho es ROJO (estoy esperando a que mi herman me pase la foto del corte para que lo veáis. La historia es que entre los ingredientes de este bizcocho están el suero de leche, vinagre y caco, y al parecer, (cuando se empezó a hacer este bizcocho) el cacao antes no tenía muchos conservantes, y al entrar en contacto con estos ingredientes, hacía una reacción y se volvía de color rojo. Hoy en día, ya todo lleva todos los conservantes que tienen que llevar y más, así que ya no pasa, pero este bizcocho se hizo tan popular que se sigue haciendo añadiendo un poco de colorante rojo. Ya os digo, es muy típico y se suele comer relleno y cubierto de CREAM CHEESE FROSTING, que no es más que una crema de queso de untar tipo filadelfia, con mantequilla, vainilla y azúcar glas...muy americano también, pero muuuuy bueno!!!!
Tengo que decir que a todos nos ha gustado, tanto el bizcocho como el relleno, estaba súper esponjoso y sabroso. Eso sí, no es un bizcocho apto para tartas decoradas, como mucho, aguanta la decoración de esta tarta, pues no se puede tornear mucho ni aguantaría pisos encima. Pero repetiré, eso seguro!
Cuando tenga la foto del corte os la pondré, y cuando tenga tiempo, os pondré la receta tanto del bizcocho como del frosting, aunque sabéis que poniendo en google cualquiera de las dos cosas, os salen millones de recetas...
Una pega para esta tarta, con el calor que hace, las bizcobolas no aguantan bien y se derriten, por lo que hay que meterlas en la nevera. Pero como las tartas fondant no se pueden meter en el frigo, es un lío...además, no tenía candy melts (choclate de colores para decorar), así que para decorar un poco los bombones utilicé lápices pasteleros de colores, y tampoco es que tengan la consistencia ideal.
En fin, ya iré perfeccionando, pues esta tarta ME ENCANTAAAAAAAAAAA!!!
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