Sin duda este año lo voy a recordar como el año de las bodas. Y es que me ha tocado trabajar mucho en ellas. Pero estoy encantada porque me encanta! Parece mentira que antes no me gustaban las bodas, sobre todo no tenía ninguna ilusión por casarme yo, cuando lo hicimos fue más por arreglar el papeleo que otra cosa, y no quería vestirme de novia, ni llevar ramo, ni las alianzas (al final sí hicimos todo eso porque la familia pesa y mucho).
Y ahora, desde que me dedico a esto, cada vez que veo un reportaje de boda, una tarta de boda, una mesa dulce, cualquier cosa relacionado con una boda, enseguida me paro a verlo y disfruto con cada novedad o buena idea que me encuentro.
Cristina se ha casado en julio. Cuando se puso en contacto conmigo para que le hiciera su tarta de boda me hizo mucha gracia, porque la conocía de cuando era una niña. Era la mejor amiga de mi prima pequeña Isa, las dos inseparables, las recuerdo a las dos perfectamente con los uniformes del cole, tan pequeñitas y tan guapas. Y nunca me olvidaré el día que murió mi tío, el padre de Isa, cuando ella tenía 10 años, y fuimos a buscarla después del entierro a casa de su amiga Cristina para darle la peor de las noticias. Cristina y su familia siempre han estado ahí para mi tía y mi prima, así que sólo por eso, la recordaba con un cariño especial.
Aunque el menú incluía el postre, ella quería tener su momento de corte de tarta. Y como la boda se celebraba en un cortijo donde se quedaban a dormir los amigos y familiares más allegados, al día siguiente iban a comer todos juntos y se comería la tarta.
Ella tenía muy claro el estilo que quería. En blanco y marfil con rosas y hortensias, y encajes. La quería muy clásica y sencilla.
Así que lo tuve fácil, simplemente seguí esa dirección. Son tres pisos de tarta real, el piso de abajo es un bizcocho de chocolate intenso de 30cm de diámetro, relleno de dulce de leche y crema suiza de dulce de leche. Y los dos pisos de arriba (de 20cm y 15cm), bizcochos de vainilla rellenos de crema de turrón.
La figura de los novios fue una compra de la novia, los quería en el piso de arriba. Las flores están hechas en pasta de goma y el encaje es glasa elástica de azúcar.
Tengo que decir que Cristina había elegido un sitio precioso para celebrar su boda, el Cortijo de Ducha de Jerez, cuando llegamos y vimos cómo estaba decorado, nos dimos cuenta de que Cristina tenía toda la decoración muy cuidada y estudiada, y desde luego el diseño que eligió para la tarta era el mejor!
Al poco de concretar todo lo relacionado con la tarta, Cristina me preguntó si también preparaba Candy Bar. En un principio pensaba prepararlo ella misma, ya tenía compradas muchas cositas, pero se vio apurada de tiempo, ya sabemos que preparar una boda conlleva muchos quebraderos de cabeza, así que al final decidió dejarlo en nuestras manos.
Y yo como siempre cuando tengo un trabajo tan grande, colaboré con mi amiga Mila de Sueños dulces. Ella se encargó de toda la decoración del candy bar, guirnaldas, camino de mesa, decoración de botes, etc. Entre las dos montamos esta mesa con casi 14 kilos entre chuches y frutos secos!
Cristina también me pidió merenguitos, un pajarito le había chivado que están muy ricos y quería probarlos.
Y después de muchas horas buscando recipientes, decorándolos, diseñando la mesa, buscando ideas, y muchos quebraderos de cabeza, este fue el resultado.
Os dejo con las fotos de los detalles.
Al día siguiente de la boda Cristina me escribió para decirme que le había encantado cómo quedó todo, que era tal como ella lo quería. Y mi prima y mi tía que estuvieron entre los invitados me contaron que a todo el mundo les encantó, y que a pesar de todo lo que comieron, todo el mundo se acercó al candy bar!
Se me olvidaba, en la mesa había también unas galletas muy bonitas de recuerdo que le había hecho a Cristina un familiar, Quedaron muy bonitas!
Muchísimas gracias por confiar en nosotras Cristina, ha sido un placer poner un granito de arena dulce en tu preciosa boda. Que seáis muy felices!
